Son sedimentos que se forman de manera natural en los vinos. Se trata de cristalizaciones naturales de la uva que precipitan por la acción del frío y el alcohol. En los vinos más viejos también puede tratarse de una precipitación de materia colorante.

No solo no son malos, si no que demuestran un proceso de elaboración cuidado, en el que el vino no ha sido sometido a fuertes clarificaciones. Los posos son sinónimo de calidad. Los grandes vinos de España, como Vega Sicilia, tienen poso, lo que demuestran su esmerada elaboración y el respeto por el producto.

Si pese a estas explicaciones no te gusta verlos en tu copa, puedes utilizar un decantador y recuerda: nunca apures la botella hasta el final porque lo normal es que hayan precipitado al fondo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

CERRAR